viernes, 29 de abril de 2016

Mi visita al Cerro de Cumorah






Un sitio clave en mi visita a los lugares históricos del Profeta Jose Smith fue sin duda el Cerro de Cumorah, no es en sí como extensión muy grande o de gran altura,  llama la atención que aun se mantengan libre de edificación a su alrededor, en gran parte se aprecia el mismo paisaje que alguna vez piso el Profeta. 

Nuevamente los lugares exactos no existen, (hablo del lugar donde Jose desenterró las Planchas) solo un monumento a Moroni en la parte más elevada del cerro, cuando uno visita estos lugares con un verdadero espíritu de oración y agradecimiento, entendiendo con esto que al estar allí no haría mayor diferencia en mi testimonio acerca del Profeta y el Libro de Mormón, se hace una experiencia sin igual, en mi adolescencia y después en la misión ya tenía una confirmación espiritual de estos acontecimientos en los albores de la Restauración.

 Sabia por el testimonio que te da el Espíritu Santo que la Restauración del Evangelio era exactamente como el Profeta lo vivió, aquellas visitas por cuatro años en este cerro sagrado recibiendo conocimiento y sabiduría para que finalmente a los 18 años obtuviera este poderoso mandato de traducir y sacar a luz estas planchas entregadas por este ángel enviado para iniciar esta nueva era.

Entonces en aquel día hermoso subí la distancia que existe de las faldas del cerro hasta el monumento al ángel mensajero en la cima, con el corazón rebosando de agradecimiento y una dicha especial, plena, totalmente distinta a la felicidad que aveces uno logra sentir por algún determinado logro, este sentimiento era más completo, cuantas veces leí con asombro cada uno de los hechos del profeta para sacar a luz este libro, de la persecución que fue victima, del acoso de ministros religiosos que solo deseaban acallar al joven Profeta diciéndole "...no existe tal cosa de visita de ángeles" de la envidia y la ignorancia de hombres malvados que solo querían sacar provecho de esta situación, solo motivados por el dinero y la envidia, lo que digo es el sacrificio que significó sacar a luz estas planchas entregadas en aquel cerro, contrastaba con la dicha sin igual que mantenía en mi pecho, desde lo alto se puede apreciar gran parte del valle, aquel día muchas personas deambulando, las fotos, los paseos, los niños, el sol iluminando, y principalmente la admiración de estar en los terrenos donde alguna vez en el pasado estos hechos tan importantes para la humanidad ocurrieron.

Ahora han pasado veinte años de aquella visita al Cerro Cumorah, sigue en mi corazón aquel maravilloso recuerdo, efectivamente Jose Smith recibió de manos del Ángel Moroni las planchas de oro que mas tarde seria el Libro de Mormón, debido a la persecución de aquellos primeros años los miembros de la Iglesia abandonaron aquellos hermosos lugares, seria el Oeste de EEUU la nueva sede de la Iglesia, sin antes pasar por enfermedades, ataques, frío intenso, abandono, persecución y muerte por una causa que nunca dudaron.

En mis manos esta sagrada escritura que tanto sacrificio significó, para que por medio de ella pueda mejorar mi vida y tenga las herramientas para lograr la salvación y reinos junto a mi familia si tan solo sigo sus enseñanzas.

Cristian Pinilla




















domingo, 17 de abril de 2016

Testimonio, como lo mejoramos

Una de las calles emblemáticas en mi nuevo barrio es la calle "Aeropuerto" calle que atraviesa en toda su extensión el barrio Cinco de abril o Rivas Vicuña como se llama ahora, el caso es que en mis acostumbradas caminatas de los Sábados llegué a esta calle que por más de 35 años no había recorrido, me encanta visitar lugares nuevos pero más aún disfruto recorrer aquellos lugares que en algún momento de mi juventud o niñez conocí...

A paso lento detallé cada casa que formaban esta villa de más de 50 años que se ubica entre las calles Alameda y Cinco de Abril, son más o menos cuatro cuadras de viviendas uniformes de dos pisos,

Las casas en su origen fueron construidas exactamente igual, mismos materiales, mismo espacio, misma calidad y belleza, cincuenta años después se podía apreciar una amplia gama de paisaje, disparidad entre una y otra...

Estaban aquellas que se habían deteriorado con los años, no presentaban ningún cambio ni mejora en paredes, ventanas, techos y estructura en general, se apreciaban como casas abandonadas, tristes y hasta deprimentes.

Aquellas que no tenían grandes cambios en su estructura original pero al menos se notaba más limpieza, pintura y un aspecto más alentador que las primeras, no pretendían destacar pero al menos su aspecto indicaba que sus moradores tenían un poco más de  preocupación.

Luego un grupo de casas que sobresalían por  visibles mejoramientos en varias partes de sus estructuras, pisos de entradas nuevos y acogedores, murallas totalmente mejoradas, se notaba a simple vista la preocupación del dueño por mostrar un aspecto en general más cuidadoso, se podía desprender de estas casas una inversión en tiempo y dinero que las destacaba por sobre las primeras.

Por último la "casa" que llamó mi atención..



Un testimonio  igual que una edificación cualquiera se va construyendo, reparando y mejorando ladrillo por ladrillo, y eso requiere tiempo, lleva años...

El Elder Faust en un discurso de Octubre del 2000 lo describe asi:
"Mi fe siguió creciendo como bloques que se van colocando sobre la piedra angular, línea por línea, precepto por precepto. Son demasiados como para mencionarlos uno por uno; algunos son demasiado sagrados para exponerlos..."